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España ha mejorado en los últimos años su ayuda humanitaria a los países pobres y se sitúa actualmente en el 15º puesto de las naciones más solidarias del mundo, en un ranking encabezado por Noruega.

Así figura en el “Índice de Respuesta Humanitaria 2009“, presentado en Madrid por la Fundación DARA Internacional y que evalúa la eficacia de la cooperación solidaria de los mayores donantes del mundo (22 países y la Comisión Europea), que canalizan el 85% de la ayuda.

El informe, elaborado con visitas sobre el terreno a 13 regiones, 450 entrevistas y 2.114 encuestas, puntúa a España con una nota de 5,88 sobre 10 y la sitúa en la 15ª posición, un puesto mejor que en “Índice de Respuesta Humanitaria” de 2008 y dos por encima del de 2007.

Noruega encabeza en ranking (7,49), seguida de Suecia (7,47), Irlanda (7,30), Dinamarca (7,28), Comisión Europea (7,08), Holanda (6,91), Luxemburgo (6,75), Suiza (6,74), Reino Unido (6,53) y Australia (6,49), que cierra el “top ten”.

Estados Unidos ocupa la decimocuarta posición (5,89), mientras que por detrás de España están países del G-8 como Alemania (16ª), Japón (19º), Francia (20º) e Italia (21º), y Rusia está “desaparecida” de la tabla.

Al igual que al resto de los donantes, el ranking califica a España en respuesta a las necesidades (5,97); prevención, reducción de riesgos y recuperación (5,73), trabajo con los socios humanitarios (5,45), protección y leyes internacionales (6,35) y aprendizaje y rendición de cuentas (6,01).

Mayor eficacia

El informe concluye que casi la mitad de los principales países donantes no están haciendo lo suficiente para asegurar que la ayuda humanitaria llegue a quienes más lo necesitan.

Además, señala que la crisis económica, la creciente frecuencia y gravedad de los desastres naturales y los conflictos violentos están teniendo un efecto negativo sobre la capacidad de las organizaciones humanitarias de responder de manera eficaz a las necesidades.

Así, el año pasado hubo 230 catástrofes naturales y 39 conflictos, que afectaron a más de 250 millones de personas, y 260 cooperantes fueron asesinados, secuestrados o heridos de gravedad mientras intentaban desempeñar su trabajo.

La directora de DARA, Silvia Hidalgo, denunció en su intervención que “el acceso a las poblaciones afectadas es cada vez más difícil”, lo que, según añadió, “no deja de ser una paradoja en un mundo cada vez más globalizado“.